El pueblo de Durón posee una espléndida y bella fuente barroca construida en el año 1793, de la época de Carlos IV, con un gran mascarón de bronce por donde mana el agua.
Recorrer las calles de Durón siempre nos deparará alguna sorpresa. Son calles estrechas en su mayoría que guardan con celo viejas casonas, una imponente iglesia parroquial, escudos de hidalgos que hablan de su pasado, interesantes ermitas, algunas con su propia historia.
El viaje no quedará defraudado de pasear por estas empinadas calles.