En la planta baja de la torre hexagonal del Palacio de los Reyes de Aragón, en el Museo de Huesca, encontramos la "Sala de la Campana". Debe su nombre a la leyenda según la cual, el Rey Ramiro II de Aragón, convocó Cortes en Huesca para hacer una campana "que se escucharía en todo el reino". A continuación, decapitó a los nobles rebeldes, colocando sus cabezas en círculo y una en el centro del mismo a modo de badajo. En el Ayuntamiento de Huesca se puede contemplar la pintura de Casado del Alisal que recrea esta leyenda.