La leyenda ha rodeado, como a casi todos los santos medievales, la figura de san Atilano. Despues de afirmar que en su consagración episcopal se hizo visible el espíritu santo en forma de paloma y que, huyendo de los árabes a su paso se undio el viejo puente romano sobre el rio Duero pereciendo sus perseguidores, ha hecho extraordinariamente popular el sencillo anillo que veneran los Zamoranos el la parroquia arciprestal... Zamora en su memoria ha dedicado ésta calle con su nombre San Atilano.