ALCAZABA
Erigida sobre la cota superior del berrocal trujillano, en un cerro llamado «Cabeza de Zorro», la Alcazaba de Trujillo es un monumento andalusí del período Omeya, levantado en algún momento entre la novena y la décima centuria.
Sus muros de sillería despiezados en grandes bloques que encierran un núcleo interior de hormigón, conforman un recinto regular de 40 metros de lado jalonado de torres, todo él trazado en codos rassasi —unidad de medida característica del Califato de Córdoba. Una puerta en arco de herradura muy cerrado y sin enjarjar, rodeada de sendas torres, facilita el acceso al recinto, contemporáneo de las alcazabas de Mérida(hacia el 835) y Gormaz (Soria).
Tras del recinto principal, se sitúa la Albacara, un recinto poligonal levantado inmediatamente después que la fortaleza, al que se añade en época almohade una coracha.
De época ya cristiana son la barrera exterior con torres circulares, la cárcava o foso, hoy colmatado, las torres albarranas que avanzan mediante pasarelas por el costado occidental, y la barbacana exterior que gravita en derredor de la puerta de la Albacara. Recinto este último de tiempo de los Reyes Católicos, que destaca por su pequeña portada con buzón matafuegos y profundas troneras (s.XVIII).
En el interior de la fortaleza se conservan dos aljibes de incierta cronología y la capilla de la Virgen de la Victoria, patrona de la ciudad.