Desde su apertura en 1.964 y durante muchos años, nuestra tienda fue un modesto despacho de vinos a granel.
Tinajas con destellos de linaza, garrafas, jaulas de metal para aquellas recuperables botellas de “cinco estrellas” y algunos pellejos, que tras merecida jubilación y ahora cumpliendo nuevas funciones de ornamento, fueron la imagen de nuestro establecimiento.
El vino despertaba poco interés en aquella Guadalajara de mediados de los 60 y se percibía como un producto alimentario más de la dieta culinaria. Nuestra tienda fue la referencia con aquellos vinos para quienes los bebían y visitaban todas las semanas para retirar su cuartillo o media arroba con el que acompañar sus comidas.
Todos los elementos necesarios para su venta se reducían a un mandil, un embudo y un juego de medidas para cuando las necesidades de alguno no coincidían con el continente que traían. En aquellos tiempos comenzó nuestro idilio con el vino.
En estos años todo ha cambiado, de arriba a abajo. El vino, la percepción de quien lo consume, la preparación de quien lo vende y las características del lugar donde se comercializa.
Valentín Moreno e Hijos - Guadalajara
El vino se asocia al placer, la gastronomía, lo lúdico, incluso dispensa cierto prestigio y distinción social a quien lo conoce. Jamás tuvimos tantos vinos, de perfiles y estilos tan distintos ni de tan alta calidad, ni nunca se había conseguido la actual convención que se asocia el vino a la cultura y a la salud.
Vinos Valentin Moreno Hijos
Calle Ferial, 25 |
Desde su apertura en 1.964 y durante muchos años, nuestra tienda fue un modesto despacho de vinos a granel.
Tinajas con destellos de linaza, garrafas, jaulas de metal para aquellas recuperables botellas de “cinco estrellas” y algunos pellejos, que tras merecida jubilación y ahora cumpliendo nuevas funciones de ornamento, fueron la imagen de nuestro establecimiento.
El vino despertaba poco interés en aquella Guadalajara de mediados de los 60 y se percibía como un producto alimentario más de la dieta culinaria. Nuestra tienda fue la referencia con aquellos vinos para quienes los bebían y visitaban todas las semanas para retirar su cuartillo o media arroba con el que acompañar sus comidas.
Todos los elementos necesarios para su venta se reducían a un mandil, un embudo y un juego de medidas para cuando las necesidades de alguno no coincidían con el continente que traían. En aquellos tiempos comenzó nuestro idilio con el vino.
En estos años todo ha cambiado, de arriba a abajo. El vino, la percepción de quien lo consume, la preparación de quien lo vende y las características del lugar donde se comercializa.
Valentín Moreno e Hijos - Guadalajara
El vino se asocia al placer, la gastronomía, lo lúdico, incluso dispensa cierto prestigio y distinción social a quien lo conoce. Jamás tuvimos tantos vinos, de perfiles y estilos tan distintos ni de tan alta calidad, ni nunca se había conseguido la actual convención que se asocia el vino a la cultura y a la salud.
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