Cerca del casco histórico de Alcalá al que llegas en unos minutos andando. Se come muy bien y el trato es muy amable.
La tortilla de patata (tanto con cebolla como sin ella) está estupenda y la ensalada campera (con pimiento, pepino, patata y huevo).
Los montaditos también están muy ricos y son recomendables.
Ahora sí, no te puedes ir sin probar las tortitas con nata y sirope. ¡Espectaculares!