Calle del Serrano Medina, 2, 19250 Sigüenza, Guadalajara; España
Es la capilla seguntina de mayor esplendor desde el siglo XVI.
Ocupa el extremo meridional del transepto y se abre a él por una magnÃfica portada, de comienzos del siglo XVI, de composición y decoración netamente renacentistas, con primorosas labores platerescas, obra de Francisco de Baeza, que mandó labrar el obispo de Canarias Fernando de Arce, hermano del Doncel, quien a la par que honró a los suyos dio palpable muestra de su buen gusto y enriqueció a la catedral con obras de muy subido valor artÃstico. La reja que la cierra es de Juan Francés, una de sus mejores obras, construida en 1526-1532, en la que se encuentran esos pesados remates que ha de repetir en la capilla de San Pedro Apóstol. Habiendo trabajado en estas dos capillas Francisco de Baeza se deberÃan a su inspiración, porque en ninguna de las dos obras anteriores de Juan Francés se encuentran, y sabido es lo fácilmente que se plegaba el rejero a las indicaciones de los artistas que dirigÃan las obras. La portada se remata en un frontón de bella composición con la Adoración de los tres Reyes Magos.
Capilla del Doncel
Calle del Serrano Medina, 2, |
Calle del Serrano Medina, 2, 19250 Sigüenza, Guadalajara; España
Es la capilla seguntina de mayor esplendor desde el siglo XVI.
Ocupa el extremo meridional del transepto y se abre a él por una magnÃfica portada, de comienzos del siglo XVI, de composición y decoración netamente renacentistas, con primorosas labores platerescas, obra de Francisco de Baeza, que mandó labrar el obispo de Canarias Fernando de Arce, hermano del Doncel, quien a la par que honró a los suyos dio palpable muestra de su buen gusto y enriqueció a la catedral con obras de muy subido valor artÃstico. La reja que la cierra es de Juan Francés, una de sus mejores obras, construida en 1526-1532, en la que se encuentran esos pesados remates que ha de repetir en la capilla de San Pedro Apóstol. Habiendo trabajado en estas dos capillas Francisco de Baeza se deberÃan a su inspiración, porque en ninguna de las dos obras anteriores de Juan Francés se encuentran, y sabido es lo fácilmente que se plegaba el rejero a las indicaciones de los artistas que dirigÃan las obras. La portada se remata en un frontón de bella composición con la Adoración de los tres Reyes Magos.
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